En ningún momento debemos perder de vista la importante obra que se está haciendo en nuestro favor en el santuario celestial.
Se nos amonesta: "Como pueblo, debemos ser estudiantes fervorosos de la profecía; no debemos descansar hasta que entendamos claramente el tema del santuario, que ha sido presentado en las visiones de Daniel y Juan.
Este asunto arroja gran luz sobre nuestra posición y nuestra obra actual, y nos da una prueba irrefutable de que Dios nos ha dirigido en nuestra experiencia pasada. Explica nuestro chasco de 1844, mostrándonos que el santuario que había de ser purificado no era la tierra, como habíamos supuesto, sino que Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial, y allí está realizando la obra final de su misión sacerdotal en cumplimiento de las palabras del ángel comunicadas al profeta Daniel: 'Hasta dos mil y trescientos días de tarde y mañana; y el santuario será purificado'.
"Nuestra fe con referencia al mensaje del primero, el segundo y el tercer ángeles era correcta. Los grandes hitos por los cuales hemos pasado son inconmovibles. Aun cuando las huestes del infierno intenten derribarlos de sus fundamentos, y triunfar en el pensamiento de que han tenido éxito, no alcanzarán su objetivo. Estos pilares de la verdad permanecen tan incólumes como las montañas eternas, sin ser conmovidos por todos los esfuerzos de los hombres combinados con los de Satanás y su hueste.
Podemos aprender mucho, y debemos estar constantemente escudriñando las Escrituras para ver si estas cosas son así. El pueblo de Dios ha de tener ahora sus ojos fijos en el santuario celestial, donde se está realizando el servicio final de nuestro gran Sumo Sacerdote en la obra del juicio, donde él está intercediendo por su pueblo" (El Evangelismo, pág. 166).
NOTA:
Este Librito Exceptuando unas pocas notas de pie de plana y las preguntas de estudio que siguen a cada capítulo, los materiales presentados a continuación son exclusivamente de la pluma de Elena G. de White y consisten principalmente en capítulos de Patriarcas y Profetas y El Gran Conflicto, con algunos materiales que los vinculan extraídos de varios escritos publicados de Elena G. de White.
En cada caso se da la fuente. Como la mayoría de los lectores debe tener a mano los libros de Elena G. de White, nos ha parecido innecesario aquí, donde la brevedad es deseable, incluir porciones de capítulos que no están directamente relacionados con este tema: Cristo en su santuario.- Los Fideicomisarios de los Escritos de Elena G. de White.
(Cristo En Su Santuario Por Elena G. De White)
(Cristo En Su Santuario Por Elena G. De White)
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