En 1905, al escribir especialmente de la obra que hacía el "pastor G" en el sentido de socavar la confianza en la verdad del santuario, Elena G. de White destacó la falta de solidez del uso que él hacía de la evidencia bíblica, y la certeza de nuestra comprensión de la verdad del santuario.
Esto es lo que dijo:
"Le he estado rogando al Señor que me dé vigor y sabiduría para reproducir los escritos de los testigos que fueron confirmados en la fe en los primeros tiempos del mensaje. Después que pasó el tiempo en 1844, recibieron la luz y caminaron en la luz; y cuando se presentaron hombres que pretendían tener nueva luz, con sus maravillosos mensajes acerca de diversos puntos de las Escrituras, nosotros, por la operación del Espíritu Santo, teníamos testimonios precisos y apropiados, que anularon la influencia de tales mensajes, tales como el que el pastor G estuvo ocupado en presentar.*
Este pobre hombre ha estado trabajando decididamente en contra de la verdad que ha confirmado el Espíritu Santo. "Cuando el poder de Dios testifica en cuanto a lo que es verdad, esa verdad debe mantenerse para siempre. No se debe dar cabida a ninguna suposición posterior contraria a la luz que Dios ha dado.
Se levantarán hombres con interpretaciones de las Escrituras que son la verdad para ellos, pero que en realidad no son la verdad. La verdad para este tiempo nos ha sido dada por Dios como un fundamento para nuestra fe. El mismo nos ha enseñado lo que es verdad. Se levantará uno, y después otro, con una nueva luz que contradice la luz que Dios ha dado mediante la demostración del poder de su Espíritu Santo. Todavía están vivos unos pocos de los que pasaron por la experiencia que logramos al establecer esta verdad. Dios ha preservado bondadosamente sus vidas para que repitan y repitan hasta el fin de sus días la experiencia por la cual pasaron, así como lo hizo el apóstol Juan hasta el fin de su vida. Y los portaestandartes que han fallecido, hablarán mediante la reimpresión de sus escritos.
Se me ha instruido en el sentido de que así se han de oír sus voces. Han de dar testimonio de lo que constituye la verdad para este tiempo. "No debemos recibir las palabras de los que vienen con un mensaje que contradice los puntos especiales de nuestra fe. Reúnen una cantidad de versículos y los amontonan como pruebas en torno de las teorías que sostienen. Eso se ha hecho vez tras vez durante los últimos cincuenta años. Y al mismo tiempo que las Escrituras son la Palabra de Dios y deben ser respetadas, constituye un gran error su aplicación, si ésta mueve un puntal del fundamento que Dios ha sostenido durante estos cincuenta años.
El que lo hace no conoce la maravillosa demostración del Espíritu Santo que dio poder y fuerza a los mensajes del pasado que recibió el pueblo de Dios. "Las pruebas del pastor G no son dignas de confianza. Si se las recibiera, destruirían la fe del pueblo de Dios en la verdad que nos ha hecho lo que somos. "Debemos ser decididos en este asunto, pues no son correctos los puntos que él trata de probar mediante las Escrituras. No prueban que la experiencia pasada del pueblo de Dios fue un engaño. Tuvimos la verdad; fuimos dirigidos por los ángeles de Dios.
La presentación del tema del santuario se dio bajo la dirección del Espíritu Santo. Los que no participaron en la gestación de nuestra fe serán elocuentes si guardan silencio. Dios nunca se contradice. Las pruebas bíblicas están mal aplicadas si se las fuerza para testificar de lo que no es verdadero. Se levantarán otro y otro más y presentarán lo que pretendan que es gran luz y expondrán sus opiniones. Pero nos mantenemos fieles a los hitos antiguos" (Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 188 -190).
(Cristo En Su Santuario Por Elena G. De White)
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